Ja ho diu el meu amic Antonio Cabrera en aquest article de El País.
En el sofá
Me dormí por la tarde, deprimido
por el paso tan rápido del tiempo.
Me pusiste una manta por encima
y te marchaste.
No me he movido, no he cambiado de postura
por temor a deshacerme.
Y has regresado.
No me beses, no enciendas
la luz, no toques nada.
Tengo miedo de verte
carcomido de arrugas,
esperando la muerte.
Boceto para un retrato
Febril actividad
de esa mujer… Me inquieta y me conmueve.
Su risa luminosa, turbadora,
que a veces me da miedo, pues intuyo
el oscuro poder que la sustenta
La miro y estoy viendo
a la otra agazapada, inmóvil, vulnerable,
la mujer aterrada
que entierra su pavor, su vivo desamparo,
con paletadas de ávido ajetreo,
tras el ángel protector de su sonrisa.
Del llibre Los dones suficientes, edit Pre-textos.